miércoles, mayo 25, 2011

“¡¡LLEGÓ MI HIJA A LA CASA, LLEGÓ MI HIJA!!”. Sábado 30 de abril de 2011

Sábado 30 de abril de 2011 “¡¡LLEGÓ MI HIJA A LA CASA, LLEGÓ MI HIJA!!”

¡Ni yo misma puedo creerlo! ¡Esta mañana llegó mi hija del D.F.!

Desde hace semanas me dijo que aunque no podría llegar en la Semana Santa, vendría un poco después y, el sábado de gloria la llamé preguntando si ya salía de México. Me dijo entonces que no podía aún y, resignada, me conformé con la idea de que ya no vendría en este mes ni el próximo. Pero anoche llamó y me dijo que salía un poco más tarde y, por lo tanto, llegaría hoy sábado temprano para quedarse ¡¡toda la semana!! ¡Me volví loca unos momentos pensando en lo que me gustaría comprar para compartir con ella! Por lo pronto me levanté temprano y fui al mercado por queso fresco, chiles rellenos, tortitas de papa, mole negro, tortillas de mano, tenía frijolitos en la casa, pollo horneado y dulces de biznaga y chilacayote, por supuesto café bien preparado, vino tinto, verduras y pastas para preparar cualquier platillo.

Disfruto tanto su presencia porque ella y yo tenemos los mismos gustos en comida, así que juntas fuimos de compras y trajimos baguettes, jamón serrano y de york, salami, espinacas, cilantro, apio, acelgas, fresco y rojo tomate, aceitunas negras y de las verdes rellenas de anchoas, deliciosas. Con aceite extra virgen de olivo y vinagre especiado, preparamos una rica ensalada y cada quien le puso al pan lo que le dio la gana.

Pienso en todo lo que vamos a hacer juntas en estos días: desde mirar comedias sin sentido que, por su misma nimiedad e intrascendencia, nos hacen reír hasta que nos duelen las mejillas de tanto estirar la cara a carcajadas. Uno que otro programa de arte, sea de música o pintura, algún documental que nos atraiga; películas románticas y bobas, de esas que nos hacen llorar y son una catarsis tan rica y saludable como lluvia cayendo sobre el campo.

Vamos a pasar un tiempo juntas también en la cocina, haciendo cosas exquisitas y sanas, muchas verduras frescas, algún postre sabroso y vasos refrescantes de “tinto de verano” (que ella me ha enseñado a preparar y que, dice, acostumbran tomar los madrileños cuando el calor sofoca aquellos lares).

A lo mejor nos vamos tempranito al ojo de agua, ya que David no quiso levantarse nunca para hacerlo, a lo mejor con ella, que siempre es más dinámica y alegre, vayamos diario a darnos un fresco chapuzón, nos tomaremos un chileatole y, si no desayunamos allá, pues nos compramos tamalitos de elote y regresemos felices a acostarnos en la sala para ver cualquier cosa que queramos acompañadas de un rico capuccino.

Para el viernes quizá vayamos hasta Tuxtla con Nelson y nos demos una escapada a SanCris, un paseíllo a Rancho Nuevo a gozar de lo verde y lo fresco del lugar y, al regreso, ya en Tuxtla, salgamos a comer con Jorge y Eli, a cantar con los grupos musicales en el Tilingo Lingo y divertirnos platicando de todo. Si hace calor regresaremos a meternos en la alberca de casa del tío Jorge y, con seguridad la tía Eli nos dará deliciosas bebidas refrescantes. El domingo temprano estaremos regresando a ixtepec para que mi hija se vaya en el autobús de la noche.

¡Hija: Sólo saber que vas a estar aquí unos días, ya me hace disfrutar más la vida! ¡Cómo disfruto la vida a tu lado nena!

No hay comentarios.: