domingo, septiembre 23, 2007

¡¡Ay la vida, la vidal!

¿ALGUNA VEZ IMAGINARON USTEDES SU VIDA COMO ES AHORA? ¿Así como transcurre en estos precisos momentos?
Si es así…¡Déjenme felicitarlos! Cuentan con especiales dotes de videntes.

Yo no.

Por más que me retuerzo las neuronas buscando en los rincones de mi masa encefálica si alguna vez imaginé que mi vida sería como es ahora…¡¡NO!! ¡¡LO SIENTO!! ¡¡NUNCA LA IMAGINÉ ASÍ!!

Tal vez no tuve mucha imaginación pero, yo creía que iba a ser todo como un romántico cuento de hadas.

A ver, repaso un poco mis pensamientos infantiles y mis sueños adolescentes: En primer lugar creo que mis ilusiones, expectativas y sueños nunca se fueron más allá de los 20 ó 25 años…y eso exagerando un poco porque, cuando uno es muuuuuy joven, definitivamente no piensa en la edad “madura”. Mucho menos en la adultez o en los achaques cotidianos con que vamos a sobrevivir la vejez. Aunque, mucho ojo, todavía me falta un poco para llegar allí…

Pero volvamos a mis ilusos pensamientos de la pubertad, para facilitarles esto, les pongo en rojo mis expectativas y (entre paréntesis en azul mi realidad):

Yo –algún día-, sería la encantadora esposa de alguien y la madre más feliz del mundo que vive siendo adorada por todos cuantos la rodean… (Mmmmm, con ciertas altas y bajas…puedo decir que hasta aquí, con suerte de no sé qué, la vida quiso imitar mis pensamientos, no precisamente en lo de “encantadora” pero sí en lo de adorada…).

Por otra parte, siempre me imaginé como una madre y esposa taaaan dedicada que, incluso antes de casarme y, pos supuesto, ya casada, me compraba recetarios y experimentaba toda clase de guisos, postres y exquisiteces aprendidas de mi madre y mi abuela, en un afán por cumplir con esa visión que tenía de mí misma como la SÚPER MAMÁ. Me imaginaba sirviéndole a mi esposo y mis hijos los platillos más completos y deliciosos del mundo. Siempre halagada por todos por ser una excelente cocinera que nadie podría igualar.
¡¡Qué rollo con mi vida ¿no?!! ¡¡En serio!! ¡¡Miren mis expectativas y mis ilusiones: Servir, servir y servir!! ¡¡Si yo tengo licenciatura, varios diplomados y una maestría!! Si he cursado, diseñado y coordinado toda clase de talleres, proyectos, cursos, etc. y en las evaluaciones al desempeño docente tengo calificaciones ¡¡sobresalientes!! Pero bueno… No cabe duda que, posgrados o no, no somos mas que las hijas de Yocasta… ¡¡Imagino un poco qué me diría Freud si me leyera!!

Y, al respecto puedo evaluarme y sé que no soy mala en la cocina, creo que también ahí me gano una nota sobresaliente y que mis hijos –¡AHORA!- adoran mis platillos…pero… ya no le dedico a la cocina el tiempo que pensaba porque: (1) Fue frustrante, durante la infancia y adolescencia de los hijos, estar taaan pendiente del sabor, el color, el equilibrio y la salud de los alimentos, evitando la repetición de platos en ¡¡un mínimo!! de diez días para procurarles SIEMPRE variedad y gusto. . . y recibir a cambio tantas negativas a comer y reproches sobre “-por qué esto” o “-por qué no como aquello” y tener que explicar, cada vez, las bondades de los alimentos caseros y naturales para convencerlos de comer SANO; 2) Preparar exquisitos postres y que mi esposo no quiera ni probarlos porque es “mucha azúcar”, en cambio se tome cerveza tras cerveza sin pensar en su glucosa o su peso; 3) Que mi esposo encuentre más sabroso cualquier guisado de la calle porque, desgraciadamente, cuando lo comió estaba desfalleciendo de hambre –ya saben lo que dice el dicho popular: la mejor salsa del mundo es el hambre-. Y bueno, pues los años los han cambiado y convencido de mis cualidades de chef pero. . . 4) Ya no tengo tiempo para dedicarle a la cocina…y a veces tampoco tengo ganas…. jajajajajaja) No sé si me río de ellos o de mí…De verdad que me encantaba buscar algo nuevo, delicioso, sano y nutritivo para servirles…aunque debo decir que aún lo hago…ya no a diario…¡Pero lo hago!

Luego, recuerdo que me “veía” a mí misma y a mi familia, viajando y recorriendo los hoteles más lujosos del país y el resto del mundo. Supongo que esto me nacía de mis propias vivencias como hija, ya que mi padre nunca ha podido estar quieto en su casa y, en ese afán suyo de pasear y conocer, siempre jaló con mi mamá y con nosotros y nos hospedó en los mejores sitios de cada lugar que visitamos. Ingenuamente yo creía que la vida era tan fácil como decir: “-Vámonos de viaje. Prepara a los chamacos porque salimos mañana temprano-” Y allá íbamos, con clases o vacaciones, con frío o calor, a la playa o a las ciudades capitales, por una semana completa o sólo un sábado y domingo, nos subíamos al coche y, entre parada y parada para que algún mareado echara las tripas a la orilla de la carretera, llegábamos a Tuxtla, a Oaxaca, a Veracruz, a Tapachula, a la ciudad de México, a Acapulco, a Puerto Madero o al lugar que se le ocurriera a mi papá.

Bueno, pues la condenada realidad se encarga de restregarle a uno en la cara que eso sólo lo hace un señor ganadero que tiene tres ranchos que suman más de 300 hectáreas cuadradas y que vende quién sabe cuántos cientos de cabezas de ganado al año. (Así que esto también se me ha cumplido en parte…sólo le quitamos lo de los hoteles lujosos, lo del “resto del mundo” y lo del esposo que dispone viajes cada dos por tres: …a mi esposo no le gusta viajar…y las salidas… las disponemos mis hijos y yo en razón a nuestras vacaciones y nuestro presupuesto. Definitivamente no es lo mismo ser ganadero que una simple maestra universitaria).

Y pues, me imaginaba a mí misma como una señora joven (muuuy joven), bella, admirada, discreta, inteligente y amada. Creo que, si no contamos el aspecto romántico de mis ilusiones acerca de que mi príncipe azul y yo nos íbamos a conocer, nos íbamos a mirar y a saber al instante que éramos el uno para el otro y, desde ese momento nos amaríamos hasta que el corazón nos doliera de tanto sentimiento guardado en él…Sin envejecer nunca, siendo eternamente bellos, esbeltos, flexibles…¡Ay Dios! ¡Vana ilusión! Como dijera Rubén Darío: ¡Juventud divino tesoro, ya te vas para no volver…cuando quiero llorar no lloro y a veces lloro sin querer! Pues de verdad que NUNCA ME IMAGINÉ MI VIDA MÁS ALLÁ DE ESTOS “DETALLITOS”.

La cotidianeidad de la vida adulta era un pasaje no sólo inimaginado, sino además inaccesible, porque ¿Quién experimenta en cabeza ajena? Vemos a los adultos (o ahora ya a los adultos mayores) y NO NOS IMAGINAMOS llegar a estar o a ser como ellos. ¡¡Sólo imaginamos lo bello, lo ideal, lo soñado!!

Como cuando R y yo, aún púberes, soñábamos con vivir grandes y emocionantes aventuras en los sitios más excitantes del mundo: Egipto, Rusia, Estambul, la lejana China, las Polinesias. Todo lo extraordinario e inquietante nos sucedería, las maravillas del mundo nos estaban esperando, seríamos ricas, muy ricas; famosas, tan famosas y admiradas y bellas como la mítica Marilyn Monroe, como la bellísima Ava Gadner de la Metro Goldwyn Mayer y, como cereza del pastel, los príncipes más nobles y cotizados se pondrían a nuestros pies y nos casaríamos, enamoradísimas, con alguno de ellos y viviríamos en un ensoñador y lejano palacio lleno de lujos y alegría, felices hasta el fin de los tiempos…¡¡Sueños de niñas!! Luego se encuentra uno con que los príncipes aún son sapos cuyo proceso se estancó, se apelmazó, se “apaló” como esa fruta que se cae del árbol y nunca madura… y aún así una se enamora perdidamente de ellos y sólo ve la capa dorada que les cubre la espalda y los ama y los adora y no podemos vivir sin ellos porque el amor tapa y maquilla todos los defectos con los colores más maravillosos del universo.

Entonces, cuando uno entra a la “cuarentena” y avanza sobre esas movedizas y traicioneras arenas que se lo tragan todo, mira en retrospectiva y…REALMENTE SORPRENDE LO QUE NOS HACE LA VIDA. Nos lleva por caminos insospechados –que no necesariamente son malos-, pero nos va arrimando hacia esquinas que no creímos que existieran, nos cambia las expectativas, nos enfrenta con nosotros mismos, nos transforma las ingenuas ilusiones en certidumbres más terrenas, nos “baja de las nubes” en que andábamos y nos muestra la cara de la vida real. Ésa, la REAL, la que tiene altas y bajas, luces y sombras, tristezas y depresiones; frustraciones, pérdidas, infortunios, corajes, envidias, maledicencias, chismes, enfermedades, achaques, padecimientos crónicos, pero también felicidades inesperadas, grandes, pequeñas, casi insignificantes y algunas espectaculares, magníficas, grandiosas, inenarrables…que sólo vemos cuando la madurez emocional y física nos alcanza.

A veces me lamento mucho de la pérdida de mi flexibilidad, de mi esbeltez ya ida hace tanto, de mi metabolismo tan lento que NO ME AYUDA PARA NADA…y de tantos detalles que NUNCA IMAGINÉ EN MI VIDA DIARIA. Pero más que nada lamento la pérdida de mi capacidad visual –“vista cansada” le llaman los médicos- y, en lugar de los maravillosos tesoros que en mi infancia imaginé llenando mi palacio, ahora tengo lentes por todas partes, mi necesidad de leer ha vuelto los lentes una obsesión en mi vida ¿Quién pensó en lentes que no fueran glamour como los de Jackie, los de Grace Kelly o los de su hija Carolina? Pues ahora casi los compro por docena, porque los tengo en mi tocador, en el librero junto al teléfono de la sala, en el escritorio de mi computadora, en la cocina, en mi portafolios de la escuela, en la guantera del coche, en la camioneta…porque, aunque no lo crean, suele sucederme que, ya en algún sitio, me urge leer algo (un mensaje en mi celular por ejemplo) ¡¡Y NO LLEVO LENTES EN LA BOLSA DE MANO!! ¡Qué maldita frustración no poder leer siquiera la agenda de mi cel para marcarle a alguien en una emergencia!

Pero…ASÍ ES LA VIDA REAL, por lo menos la mía, quizá la de la princesa de Mónaco no sea igual…aunque no creo que sea mejor que la mía, porque definitivamente he encontrado otros tesoros y otras aventuras fascinantes.

Por ejemplo: Quién me iba a decir que una de mis felices aventuras en esta cercanía a mi medio siglo de vida, sería salir de viaje con mis padres. ¡Ah! Cómo disfruto viajar con mi papá y mi mamá, conversar con ellos durante horas, disfrutar juntos el paisaje en cada recorrido, poder llevar con nosotros a alguno de mis hijos y ver qué bien se entienden con sus abuelos. ¡Oh Dios! ¡Cuánto agradezco por la oportunidad de vivir estos momentos QUE NUNCA IMAGINÉ ANTES que iban a hacerme tan feliz.

O salir de paseo con alguna amiga o novia de mis muchachos. Contagiarme de su entusiasmo por la vida, ver –maravillada- el amor que se profesan, escuchar sus planes, sus expectativas de vida, recordarme a mí misma en sus ilusiones y esperanzas, verme retratada –o completamente contrastada- en su forma de ver el mundo.

Caminar por las tardes con mi Dido, sentir cómo me quiere esta Gran Danesa bellísima, cómo me protege y va pendiente de mí en todo el recorrido. Sacar a sus cachorros a correr al parque -ésa extensión de mi patio que está frente a la casa- y disfrutar su cálida compañía por unos minutos cada tarde. Acariciar la sedosa piel de mi gata Nina, sentir su ronroneo relajante cuando llega a echar su tibieza junto mí y la ciega confianza con que se deja tocar, cargar, manipular.

Salir al patio y ver la magnánima naturaleza en mis árboles y flores, en la abundancia de frutos con que el creador nos bendice, sentir la paz que se respira a la sombra de las verdes copas de las guayas, del mango, del vuelo incesante de las avecillas que se acercan a picotear los frutos, las mariposas, los zanates, algún colibrí, un azulejo, un petirrojo, las mínimas tortolitas, los ruidosos chacas, como le dicen los paisanos en zapoteco al pájaro carpintero y los gritones chituguíes; descubrir el momento en que alguna iguana desciende la barda desde el terreno vecino para comer del alimento de las ponedoras en el gallinerito, al fondo del patio. Ver cómo sale Clementina –la tortuga- de su jardinera y se acerca a comer pedigreé del traste de los perros, sin que le importe mucho que digamos los ladridos y las patazas de Bobby o de Fido que la tocan con la curiosidad propia de los cachorros.

Nunca disfruté tanto de la magnificencia de nuestro entorno que ahora, que soy consciente de cuánto daño le hemos hecho a nuestra isla llamada “Tierra”.

Vivir el trabajo en las aulas con pasión porque siento la “vibra” de los alumnos, su aún cercana adolescencia me contagia de juventud, me mantiene el ánimo elevado, su trasformación en las aulas me hace sentir satisfecha, siento que soy parte de ese proceso, sus frases pidiéndome para más clases, para otras materias, para que trabaje más tiempo con ellos, me motiva, me alienta, me vivifica, me convence de que contribuyo a mejorar su visión del mundo, me hace esforzarme por ser cada día mejor en mi quehacer educativo, siento que mi labor VALE LA PENA. Que mi trabajo es valioso.

De verdad que todas estas cosas son aventuras maravillosas que vivimos los seres comunes en los cotidianos palacios de la simple y real vida diaria. Como las aventuras emocionantes y emocionales que me hacen vivir los libros, MIS LIBROS, mis autores favoritos, los clásicos, los nuevos…los novatos, los consagrados, Cervantes, Homero, Virgilio. Las obras dramáticas, Shakespeare, Lorca, las tragedias griegas, Esquilo, Sófocles, Eurípides; los poetas, los ensayistas, los académicos. Mundos fascinantes y extraordinarios como lámparas mágicas que, al frotarlas con la yema de los dedos, nos transforman, nos transportan, nos hacen vivir tantas vidas que una sola vida nuestra no alcanzaría para tanto.


Y luego tengo la música…¡¡LA MÚSICA EN TODOS SUS GÉNEROS Y CORRIENTES!!

La clásica que aprendí a disfrutar con mi madre en la tierna infancia, la que tocaba mi abuelita en el piano de la iglesia nazarena, la que me han enseñado a disfrutar mis hijos, el rock latino, los grupos ingleses, la música pop, Joaquín Sabina ¡Único! La que me enamoró en la voz y las manos de músico de mi esposo: Serrat, la nueva trova, la música de protesta, el bossa nova, la samba, la salsa, el jazz, la música de las grandes bandas, el swing, el boggie; la música tradicional de los istmeños, los sones y los danzones; la cumbia, el merengue, el cha cha chá, el mambo, las bandas norteñas ¡¡las rancheras!! Disfruto la música –de todo tipo- en cualquier momento de mi vida. Creo que, con eso de que mi abuelita tocaba tantos instrumentos y mi mamá siempre nos cantó, he tenido la suerte de estar siempre acompañada de música. Y, como si no fuera suficiente... ¡Me casé con un músico! A veces le llevo a mis alumnos selectas piezas de música clásica y me ponen cara de aburrimiento pero, una vez que las escuchan, las identifican –han acompañado tantas caricaturas- hasta se sorprenden de disfrutarlas.

¡En fin! ¡Hay tanto en esta vida para gozar con todos los sentidos! Mis amorosos padres y sus consejos siempre sabios. La voz de mis queridas hermanas: Mi R, tan noble y tan amada, L, tan talentosa y dedicada a lo suyo, tan valiente. Be y Yu, tan atentas, tan cariñosas, tan pendientes de mamá y papá, tan valiosas, cómo le agradezco a Dios por ellas; G. a la que menos veo pero que tengo presente siempre en mis oraciones. La N. la más valiente de todas, la más fiel, la más justa y recta. La pequeña I., quién se iba a imaginar que sería tan excelente madre! Mis hermanos, con los que he vivido años increíbles. Mis queridos cuñados y cuñadas, personas tan buenas, tan amables, tan adaptados a nosotros. Mis amados sobrinos y, mejor aún, mis sobrinas, el batallón de mi orgullo femenino. ¡Oh Dios mío! ¡Cuánta riqueza nos has dado! ¡Qué fortuna invaluable poseemos!

Y lo mejor de todo: mis niños, mis muchachos, el tesoro más grande que me dio la vida, la aventura más maravillosa, el viaje más extraordinario de todos los imaginables y fantásticos viajes de la infancia. Si nosotras un día pensamos que recorreríamos el Missisipi con Tom y Huck viviendo emocionantes sucesos, que seríamos como Robinson Crusoe creando un nuevo mundo a nuestro entero gusto; si resolveríamos los crímenes más extraños junto a Sherlock y Watson, si viviríamos los dramas más apasionantes que se pudieran imaginar las hermanas Brontë; si la vida sería una aventura permanente plagada de peligros, intrigas y amor como para Cosette y su padre Jean Valjean, como para Paris y Helena, como para Eneas y Dido, como para Ulises y Penélope, como para el mismísimo Zeus y Hera o hasta para el solitario capitán Nemo…

Así ha sido mi vida como madre de una niña y dos varones. Alucinante, apasionada, por momentos dramática, llena de emociones y sentimientos que van desde la más dulce ternura hasta el amor más fecundo e insondable, pasando por todos los matices que se puedan imaginar, orgullo, pasión por la vida, preocupación por la muerte, deseos, celos, admiración, cariño, entrega, abnegación, frustración, coraje, incondicionalidad y todo lo que nos hace humanos y nos impulsa a vivir.

Definitivamente esta no es la vida que esperaba vivir. ¡¡ES MEJOR!! ¡Viva la vida real! ¡Tan valiosa, tan increíble, tan apasionante, tan llena de aventuras que supera todas las fantasías que la imaginación pueda crear! ¡DISFRÚTENLA! Como yo…

23 de septiembre de 2007.

domingo, junio 24, 2007

¡Y bueeeeeeeeenooooo...así es la vida!

23 DE JUNIO DE 2007.
Voy a cumplir años mañana . . . ¡¡Aaaaaayyyyy Zandungaaa!! ¡¡Ayayayayyyyy!!

Ni modo... Hacernos viejos es la única forma de seguir viviendo . . . La opción es . . . ser vampiro. ¿No?
Sólo que la sangre no se me hace apetitosa. ¡Vaya, ni siquiera me gusta un filete "tierno"! ¡¡Prefiero que al cortarlo no tenga sanguaza!! ¡Qué asco! Es más...entre un plato de carne y unos buenos champiñones al ajillo...prefiero los hongos!! ¡¡SIEMPRE!!
O una quesadilla de flor de calabaza, quizá un delirico chop suey o un chao min, o unas deliciosas rajas de chile poblano con maíz desgranado, media crema y un poquitillo -muy poquitillo- de pechuga de pollo deshebrada... o alguna otra cosilla que no tenga mucha carne, cuyo ingrediente principal sea cualquieeeeer verdura y sólo contenga unas cuantas hebritas de carne.

Por supuesto que a mi abuela y a mi madre esto que digo ¡¡¡no les haría ninguna gracia!!!
Se pasaron mi infancia-adolescencia-juventud sirviéndonos espléndidas comidas de cuatro tiempos: (¡Oh mi Dios! Yo aún no dejo de preguntarme cómo le hacían para atendernos a tantos al mismo tiempo si fuimos 12 hermanos y siempre comimos todos juntos y éramos atendidos con una eficiencia que ya la han de desear mis tres hijos) 1)Sopa; 2)guisado de CARNE con su 3)correspondiente acompañante (arroz-puré-frijolitos-molotes de plátano rellenos de queso, tortitas de yuca o lo que se les ocurriera) y su infaltable guarnición de verduras -crudas o cocidas-, cuya variedad sólo se limitaba por la imaginación interminable de estas dos mujeres increíbles)
Y 4)el prometido postre cotidiano que -¡Oh mi Dios! Era siempre un delicia casera preparada de la manera más tradicional posible, con ingredientes naturales y el inconfundible, profesional y siempre magistral toque de mi abuelita Eme: Arroz con leche y pasitas, Natilla con nueces, buñuelos, jericalla, dulce de camote con piña, donas, churros nevados de azúcar y canela en polvo, crujientes hojuelas bañadas de jarabe de granadina, dulce de tejocote, jalea, ates de todos los sabores y colores de un sarape mexicano, cajeta -casera por supuesto-con pan de caja, galletas de jengibre, manzanas, duraznos y/o peras en almíbar.
Y, para los adultos 5) el cafecito que perfumaba la cocina y el comedor y remataba excelentemente la comida mientras nosotros tomábamos espléndidas y refrescantes bebidas de frutas de todos los colores habidos en el reino vegetal. A veces, incluso, nos compartían copitas de rompope que nos hacían sentir muuy "mundanas".

A R. y a mí nos encantaba que nos lo sirvieran en las tacitas de té de la vitrina de mami, su finísima porcelana con sus filos dorados o plateados, nos hacía sentirnos como un par de chicas cosmopolitas que -calzadas con las mejores zapatillas de mami- cruzábamos las enclenques piernas infantiles, nos mecíamos en los sillones del corredor y, levantando el dedo meñique bebíamos a pequeños sorbos nuestro rompopito mientras conversábamos sobre el último viaje familiar al mar, a Tapachula, Oaxaca, Tuxtla, México, Veracruz o donde fuera; sobre los libros que estábamos leyendo, sobre las amigas de la escuela, sobre algún niño que me tuviera fascinada en esos días o sobre la personalidad que adoptaríamos en nuestro próximo juego:
-"Vamos a ser dos agentes secretas que investigan los crímenes de Jack el destripador",
-"Sí, yo voy a ser Lorena Taylor en mi personalidad secreta";
-"Y yo seré Samarkanda Taylor".
-"Pero no diremos nuestros nombres a nadie".
-"¡¡Claro que no!!
Y sólo Beto supo (aunque no creo que lo recuerde) que, cuando investigábamos vestidas con nuestros propios pantalones y los sacos y corbatas de los trajes de papino, es porque no éramos nosotras las de siempre ¡¡Éramos LAS HERMANAS TAYLOR!!.
Y de algo servió leer tan pequeñas toda la colección de "Las aventuras de Sherlock Holmes" y las de "Tom Sawyer detective", porque le dimos vuelo a la hilacha con una imaginación incansable que extendía el juego por días y semanas y que, con los correspondientes intermedios e interrupciones que los demás juegos nos permitían, duró años, casi hasta que empezamos a vestir medias y ponernos rímel.
De vez en cuando, a lo largo de la infancia, la pubertad y todavía algo de la adolescencia, nuestras personalidades secretas volvían a la carga con toda la fuerza de nuestra imaginación plagada del contenido de taaaaantooos libros compartidos en esos años imborrables: novelas, cuentos, biografías e historias de la vida real que -¡Oh benditos tiempos!- suplieron la ausencia de la televisión dotándonas de la gracia divina, de una creatividad indomable, una fantasía desbordada y una implacable imaginación que luego nos ha servido para dar las mejores clases del mundo (R. con su formación pedagógica y yo con mi perfil en literatura).
¡Aayy! Aquellas funciones de teatro que organizábamos nos dejaban exhaustas con los preparativos tan meticulosos que nos llevaba días montar un espectáculo.
Desde preparar la tarima, el "foro" sobre el que actuaríamos bailando, cantando, cancaneando (¡sí! ¡Bailábamos can can con el famosísismo tema de Orfeo en los infiernos de Offenbach!); ensayar los pasos y la coreografía, escoger el vestuario, acomodar los asientos del "público"; elegir la música, lo bueno que la música abundaba porque mami era una fanática de la música clásica, de la música instrumental, de los bellísimos temas de películas como el tema de Lara, de Dr. Zhivago; La calle, o La Strada con Anthony Quinn; Sobre el arecoiris, de El mago de Oz; Tema de éxodo, de Los 10 mandamientos; Candilejas, Laura y un montón más que, en álbumes de 8 ó 10 discos gruesototes, de acetato, se apilaban sobre la consola mientras elegíamos. Y como mami un tiempo hasta fue fan de ¡¡los beatles!! pues teníamos también música "moderna" para elegir ¡¡Qué rollo!! ¿No?
En alguna ocasión nos quedamos con un disco de Sarita Montiel donde cantaba una pieza llamada "Polichinela", que nosotras adaptamos a nuestro baile cancanero y con la que, en cada "cata cata pun, cata pun con candela", nos levantábamos las faldas y mostrábamos las medias caladas que nos habíamos puesto para ejecutar el bailecito ése. Abuelita, mami, las muchachas que ayudaban en la casa y tooodoos los hermanitos nos aplaudían como el público más fiel y entusiasta que haya visto teatro alguno.
Esto era en los días calmos. Porque en días de pandillas -como le llamábamos ingenuamente al grupo de amigos y vecinos con quienes se compartían los juegos organizados- había torneos de canicas, de trompos, de yo-yos, de quemados, de hoyito (se escarban "medios hoyitos" en la tierra, tantos como jugadores participen, se pinta una raya desde la cual vamos "tirando" por turnos una pelota del tamaño de la palma de la mano, que cabe perfectamente en los hoyos que están numerados -cada número corresponde a un jugador-, si la pelota entra en tu número la recoges al instante y te lanzas a perseguir a los demás que ya salieron volando como delincuentes en fuga. Debes darle a alguien con la pelota o acumularás un huevito-piedrita en tu hoyo. Al acumular 3 te paran junto a una pared y te "fusilan" con la misma pelota.
También jugábamos encantados, roña, escondite, stop, al patio de mi casa, a la rueda de San Miguel, a mecernos en los columpios (siempre hubo columpios caseros en el patio), a "me regala un cigarrito" que era parecido a la roña pero con bases múltiples; a la roña-escondite que se juega con una lata y que, no sé por qué siempre se jugaba de noche, a Doña Blanca está cubierta de pilares de oro y plata, a los padres de San Francisco, Juan pirulero, las estatuas de marfil, a la víbora de la mar.
Con las niñas jugamos matatena, "pobrecita huerfanita", "al din don de la dina dina danza", "hilitos, hilitos de oro", "mambrú se fue a la guerra", "échenle sal, quién te picó", "chile, tomate o cebolla", "abuelita se quemó el atole", "tan, tan quién es, la vieja inés", "el lobo: jugaremos en el bosque mientras el lobo no está...".
A veces nos daba la fiebre de la cuerda, entonces brincábamos mañana tarde y noche. Solas, en pareja, con todos los hermanos, con las amigas/os, en el patio, en el parque, en el corredor, en la escuela...
Todos estos juegos organizados eran por temporadas, algo así como lo que estaba de moda. Duraban semanas, por supuesto.
También, con los hermanos y amiguitas más cercanas, nos daba por jugar a la casita y la armábamos con sábanas y cajas y todo lo que nos dejaran usar, entonces éramos un par de señoras amigas que, acompañadas de sus hijas-muñecas se visitaban unas a otras y tomaban el té juntas; o éramos una familia haciendo la comida y toda la rutina diaria de un hogar estándar.
Por supuesto que éste también era de los juegos que duraban varios días. Los sicólogos afirman que los juegos de roles son una etapa importante en el desarrollo evolutivo del niño. (¡Ooohh!).
Por las noches nos entreteníamos principalmente con juegos de mesa: lotería mexicana, las famosas "Pulgas", Basta, Serpientes y escaleras, Oca, Damas chinas, Damas españolas, El coyote y las gallinas, Barajas españolas con las que jugamos "nadie sabe para quién trabaja", "burro empachado", "conquián" y muchos otros que ya no recuerdo bien. Sólo me queda la sensación de días eternos en los que el tiempo alcanzaba para tooodooo.

Íbamos al mercado después del desayuno R. y yo solas o con mamá, ayudábamos un poco en algunas cositas de la casa y luego, si no estábamos en esos momentos metidos en algún juego especial de esos de varios días, leíamos un rato, cada uno su libro que, por supuesto, luego intercambiábamos.
Normalmente, luego de leer algo emocionate -¡¡y los clásicos infantiles y juveniles siempre lo eran!!-, nos daba por imitar lo leído, de tal forma que, si la lectura había sido de los 3 mosqueteros o el Conde de Montecristo, enseguida nos convertíamos en espadachines todos. Después de comer salíamos a mecernos a las hamacas al corredor, o a los columpios al patio a cantar a voz en cuello todo lo que estaba de moda en la radio o las canciones de cri cri de nuestros discos y de la memoria de mami.
Íbamos al río con D, B y J, jugábamos Stop en el patio, en el patio mismo asábamos grandes trozos de queso que compartíamos con los vecinos que venían a jugar, íbamos al parque a manejar bicicleta, ayudábamos a barrer el patio o regar las plantas del jardín de abuelita Eme, cenábamos las delicias que se preparaban para el caso y leíamos la biblia con toda la familia, luego todavía daba tiempo de jugar un rato al escondite o al encantado y nos acostábamos felices y aún llenas de energía a contarnos cuentos que, o leíamos o se los inventaba la R. especialmente para ella, para L y para mí.
Es obvio que, con una rutina así, no había ningún niño obeso. No recuerdo y por más que reviso en las fotos escolares, no encuentro a nadie que haya estado pasado de peso en esos tiempos. No había sedentarismo, todo era movimiento, actividad, vigor, entusiasmo.
¡Ay Dios! Es que fueron tantos y tantos juegos que, de verdad, al ver cuánto tiempo se le dedica actualmente a la televisión, los videojuegos, las películas de DVD, las computadoras y demás, pienso si lo que se ha ganado con tanta tecnología vale la pena por lo que se ha perdido en creatividad, espontaneidad, imaginación, dinamismo, energía, fantasía, ilusiones, quimeras y sueños tejidos al crear un juego, una diversión, un entretenimiento infantil que llenaba la vida y hacía crecer la visión, los sentimientos, las experiencias, la conciencia, el ser mismo.
Y no es que de plano no viéramos tele nunca, a veces veíamos las caricaturas de la tarde "Aventuras en el año 5000", que era un mosaico de Hi-man y otras más como Bugs Bunny y el pájaro loco, la vieja serie de Batman y Robin. Veíamos historias de Alfred Hitchcock; la dimensión desconocida, Perdidos en el espacio, Viaje a las estrellas, Flipper, Daktari...en fin, no absorbían nuestra vida, mucho menos nuestras mentes. Había más vuelo y amplitud de la imaginación en los libros: El maravilloso viaje de Nils Jolgerson, 20,000 leguas de viaje submarino, Viaje al centro de la tierra, Gulliver en el país de los gigantes o con los liliputienses . . . uuuuuffffffffff.
¡Ay bella infancia tan ida! ¡Cuánto diera por capturarte en un frasquito como una esencia exótica, la más olorosa y cotizada, la más deseada y la más querida...y sacarte en las fechas especiales para llenarme el cuerpo con tus días ya idos pero no olvidados: un toquecito atrás de cada oreja, uno en cada muñeca, otro en el pecho, en el pliegue del brazo y, al final, lanzar un toque al aire para que mis cabellos capturen una brizna feliz de infante esencia. Y caminar con tu fragancia a cuestas para vivir en serio la nostalgia de ti, de las risas sin fin, de los silencios afines y las miradas cómplices, de los juegos que ensayan a la vida pero tienen la ligereza de ser un simulacro que se acaba ¡¡cuando tú lo quieras!! Cuando te aburres de ser mamá o papá, de ser el héroe o el villano cruel, de ser la bruja de la historia negra, de ser el caballero que rescata a todos.
Y vuelves a ser tú, un simple niño que sólo desea un abrazo-consuelo, un beso-sanador, un vaso redentor de blanca leche. . .
Yo volvería feliz a vivir cada día de mi infancia.
También mi adolescencia enamorada. ¡Aaaaahhh cuántas veces me enamoré! ¡Y en cada una creí que era amor eterno!
¡Hasta que conocí el amor grande, tal vez no eterno sino muy terreno y entonces me di cuenta que los otros eran PIRITA!*

Supongo que, como todo en la vida, en mi infancia y adolescencia hubo momentos buenos y malos...
¡Lo siento! ¡No recuerdo los malos! ¡
¡Es que los buenos fueron taaaaaan buenos . . . que me quedo con ellos!!

Ahora un poema que tiene que ver con lo que se ha ido, con la nostalgia... sed benévolos, condescendientes...sale?

¿ADÓNDE VAN LOS BESOS?
¿Adónde van los besos
que no he dado?
Las caricias sin tiempo
que soñaba
en la quemante
adolescencia,
adónde se han perdido
titubeantes.

¿Es la brisa estival
que marchita
jazmines incipientes?
¿O la dorada arena
de esa playa
que devoró nuestra
ilusión demente?

Los besos de algodón,
de lilas y fragantes
azucenas.
Los de incendio y ceguera…
Los del adiós,
de otoño,
los de aquella rivera
¿Dónde han ido?

Insensata mi boca
los añora,
mi loco desamparo
los requiere,
el calendario
que me encarna
los evoca tarde a tarde,
poro a poro.

Cruel batalla del tiempo
y el fracaso,
del adiós y la duda,
de la ley más violenta.

De mi mapa de flores
y remiendos
que los alisios templan
en estas madrugadas
del verano.

Besos de oro,
dulces y dolientes
como el amor sin fin
de los muchachos.

Como el fuego
que todo lo consume.

Como tu vida,
atada inapelable y fiel
al nacarado traje
que reviste mi ser
y que deslumbra
tus noches en mi cama.
ABRIL 2007
*PIRITA Es un mineral brillante de color amarillo oro (sulfuro de hierro), también conocido como "el oro de tontos" o "falso oro".

lunes, junio 11, 2007

¡¡VISITAMOS MUSEOS Y UNA ESCUELA INCREÍBLE!!



Pues sí, me fui con 3 grupos de alumnos a la Cd. de México, al D.F., al defito, al defectuoso, a Chilangolandia, a Mexicalpan de las tunas, en fin...cómo usted guste decirle.

Al principio nos pareció algo así como nuestra peor pesadilla en la calle del infierno: Nuestros choferes (a quienes pagamos $750.00 diarios) neuróticos, histéricos, irascibles, voluntariosos, tacaños con sus viáticos, todo el tiempo procurando no gastar en lo más mínimo (¡¡en sus propias comidas y hospedajes!!), resistiéndose a hacer los movimientos que requeríamos para trasladarnos de un lugar a otro, etc.

Además el tráfico insoportable, el clima horrendo, la gente indiferente y totalmente fría, la comida mala, el trato peor, el humo y el ruido intolerables, la cantidad de automóviles enloquecedora, las distancias desquiciantes, los tiempos para llegar A CUALQUIER LADO ¡¡insufribles!!

Y sin embargo...

Sí, sin embargo fue bueno, muy bueno!! Fue un viaje cansado, el autobús escolar es terriblemente incómodo, la compañía era un tanto alborotadora, indisciplinada, rumiante y, por momentos, quejumbrosa como un viejo portón costeño con salitre y herrumbre del siglo XIX. Pero en los momentos álgidos no había nadie mejor para ayudarme a levantar los ánimos y mirar el vaso medio lleno ¡¡y de limonada!! que mis jóvenes alumnos tan alegres, tan bailadores, tan bromistas, tan entusiastas, tan risueños, tan, tan, tan, ¡¡jóvenes!! ¡Qué otra cosa podría decirse de ellos que los describa mejor! ¡Simplemente son jóvenes!

Y aunque al inicio parecían aburrirse con los sitios históricos visitados: Palacio Nacional, las ruinas del Templo Mayor, su museo, la Catedral, el Zócalo, la Alameda... Poco a poco los fui viendo tomar interés en los relatos de los guías que, tan amablemente, nos proporcionó la Directora de Desarrollo Delegacional de la Deleg. Benito Juárez, Profra. Ma. del Pilar Flores Cano y su colaboradora, la C. Martha Luz Hernández Ramírez, a quienes les debemos un profundo agradecimiento por todas sus atenciones para con nosotros.


Para el 2º día, que salimos del D.F. para visitar las pirámides de Teotihuacan, su mirada empezaba a cambiar, sus mentes también -¡espero!-. Su rencor hacia los conquistadores comenzó a manifestarse en sus comentarios y su orgullo de mexicas, zapotecas, mixes, huaves, mixtecos y demás, se dejó entrever en el acerado brillo de sus oscuras pupilas: -¡Profa! ¿Por qué tuvieron que venir a conquistarnos? ¡Si éramos una raza con una cultura más avanzada que las que había en el viejo mundo hasta entonces!-



Los días pasaron y visitamos el museo UNIVERSUM en Ciudad Universitaria, una maravilla donde reinan las ciencias. La fresca libertad que se respira en los jardines y pasillos de Ciudad Universitaria, los famosos murales, la hemeroteca, la biblioteca, el conocimiento, la historia, el arte, la cultura, las investigaciones y proyectos de todo tipo, las diversas facultades con su singular estilo cada una ¡Toda una riqueza capaz de henchir nuestras mentes y corazones, de hacer saltar las fibras de nuestro ser con el orgullo por la máxima Casa de estudios de todos los mexicanos! ¡Lástima que no pudimos ponerle la cereza al pastel visitando el Estadio olímpico universitario! ¡El Estadio Puma! ¡¡Grrrruarrr!! Donde nuestros felinos consentidos sacan la garra en cada partido. Por cierto, cerca de C.U, hay un espectacular que anuncia con orgullo: "Usted está entrando a territorio PUMA" y se ve, por supuesto, un logo gigante de los pumas. Luego vemos un Pumabus, esos autobuses ecológicos que transportan gratuitamente a todos por C.U. ¡Ah! ¡Qué grandioso espacio mexicano! ¡Nada que ver con Tecnológicos de Monterrey, La Salles, Udlas, ni Iberos!

Pues toooodooooosss los museos y sitios históricos que visitamos con los muchachos fueron significativos para el reencuentro con nuestras raíces: Teotihuacan, Acolman, el Palacio Nacional, las ruinas y el Museo del Templo Mayor, la Catedral, la Alameda, Bellas Artes, el Sanborn's de los azulejos, el edificio de correos, la Zona rosa, la Casa azul de Coyoacán donde Frida Kahlo nació, vivió tan intensamente sus amores y pasiones y donde murió el 13 de julio de 1954; el exquisito y sorprendente Museo Dolores Olmedo en Xochimilco, la generosidad incomparable de esta mujer que donó su tesoro al pueblo de México, para que TODOS podamos disfrutarlo. ¡Y vaya que lo hicimos!





¡Qué sitio tan bello esta ex hacienda de La Noria! ¡Tan plácido! ¡Tan relajante! ¡Tan verde y tan hermoso! ¡Cuánto arte, historia y cultura nos contempla en cada sala, cada pasillo, cada jardín! ¡Cuánta armonía en los objetos, los adornos, los árboles, las flores, los macizos de las hortensias como acuarelas pasteles, las puritanas magnolias, las vibrantes buganvilias, los míticos xoloscuintles, los espléndidos pavos reales, los cisnes, patos, gansos, las provocadoras esculturas en todos los espacios imaginables, la piedra volcánica dando una indestructible sensación de eternidad y el relajante verde que lo enmarca todo como una corona natural, única, irreemplazable.


Y saliendo de aquí nos fuimos a navegar por las chinampas en nuestras alegres y colorinas trajineras donde -¡Juventud divino tesoro!- los muchachos cantaron y bailaron con los mariachis, de trajinera a trajinera, vimos turistas japoneses y europeos que nos gritaron "Viva México", haciendo que los jóvenes completaran con "¡cabr...!"



Luego ¡Increíble! nos tocó partido de la selección mexicana contra Paraguay ¡Todos al Azteca! donde, para nuestra tristeza, el equipo no sacó la casta, dejándose vencer con un tibio gol de último minuto que arojó tremendo cubetazo de agua fría en todos los presentes. Menos mal que antes de esto vimos jugar al equipo femenil que -¡Benditas mujeres!- mostró lo que es ser grandes, aunque ignoradas por los medios, en un brillante partido no televisado, vencieron a Panamá por 3 goles a 1. ¡Bravo por nosotras! Como siempre...¡Primero las damas!
Visitamos al día siguiente el Museo Nacional de Antropología e Historia, con esa grandeza inimitable que le confieren los siglos de historia concentrada en objetos que representan nuestra esencia misma. La sala Mexica y su impresionante Piedra del Sol. Es impactante comprender lo que los españoles contemplaron al entrar a Tenochtitlan, las impresionantes y bien trazadas calles adornadas por piedras labradas, imágenes de leones, tigres, águilas, serpientes y deidades de todo culto y tipo. La sala oaxaqueña, la maya, la olmeca...

Subimos en trenecito al heroico Castillo de Chapultepec y recorrimos, ansiosos, cada una de sus salas plagadas de historia nuestra, de esas páginas tan conocidas y, al mismo tiempo casi ajenas, de la lucha por nuestra independencia, de las invasiones, la constitución de la república por Juárez, las leyes de reforma, su gabinete, la construcción de otro México. La revolución derivada de las injusticias sociales, el otro oaxaqueño -Díaz- y su vida de príncipe en ese lugar con espacios exquisitos. Los históricos sitios de defensa del Castillo por los héroes niños, vimos en nuestra mente la ofensiva norteamericana aventajando en número, en armas, en violencia a nuestros tiernos cadetes que nunca fueron superados en ánimo, en espíritu, en afán de protección de su suelo, en la sangre mártir dispuesta a derramarse antes que permitir que nuestra bandera fuese mancillada. Los lugares, señalados por frías placas de cobre, en que vertieron su sangre, donde entregaron su vida a la naciente patria.

Nos imaginamos a esos adolescentes resistiendo, sufriendo, muriendo. En tremendo contraste pudimos ver en nuestra imaginación los grandes bailes de Carlota, los de Carmelita...los asombrados ojos juveniles de mis alumnos vieron, casi con repugnancia, los espectaculares salones, el mobiliario y los lujos ofensivos en que se regodeaban los gobernantes mientras el pueblo agonizaba en la miseria. Las palabras de Díaz Mirón resonaban en mi mente cuando oí a uno de mis alumnos decirlas: "Nadie debe gozar de lo superfluo mientras alguien carezca de lo indispensable".
Contemplamos desde lo alto el Paseo de la Reforma, el Ángel de la independencia, las tumbas heroicas de los niños, el hemiciclo a su memoria...Luego vino el Lago, los pasillos con su mercadería, vimos indígenas de Papantla en plena faena voladora...la emoción y las experiencias no nos dieron tregua.
Y al día siguiente, nuestra visita a la Escuela Activa Paidós y el impacto más grande en las experiencias docentes de mis alumnos, su estancia en los salones comprobando la efectividad del método implantado por la Dra. Teresita Garduño Rubio. La libertad, el respeto a la diversidad, el derecho a ser diferente, único, a expresarse, a desarrollarse cada uno a su propio ritmo, a tener una opinión personal y manifestarla. El avance tan grande en cada niño. -"Profa. me da pena, me siento ignorante al lado de estos niños, usan palabras que no sé qué quieren decir"- Luego su entrevista con la Dra. Teresita: única, valiosísima, diferente, demoledora de esquemas caducos, refrescante, esperanzadora. Los ojos juveniles abriéndose asombrados, admirados, regocijados del descubrimiento recién hecho: -"¡Hay escuelas diferentes! -¡Hay escuelas diferentes!" Las grabadoras, videocámaras, celulares y demás aparatos funcionando, sorbiendo, grabando cada gesto, cada expresión, cada palabra de la Dra. Teresita. Y luego, ya fuera de la escuela: Ya les dije compañeros, cuando terminemos, trabajamos un tiempo para juntar la lana y luego abrimos juntos una escuela como ésta"- "por lo menos que nuestros hijos tengan un espacio como éste, donde puedan desarrollar sus capacidades sin traumas, sin sometimientos, en democracia y libertad"- -"¡Sí, sí, sí, tenemos que hacerlo, podemos hacerlo!"-
Y yo pensando: -¡Oh Dios! ¿De verdad estoy dejando la semilla en estos jóvenes? ¿Estoy cambiando sus mentes? ¿Se están transformando sus corazones?

Como dice el poeta: Yo no lo sé de cierto, lo supongo...algo cambió en los muchachos y espero que sea permanente, no una llamarada de petate, no una experiencia más para archivar en el barril de los recuerdos. ¡¡Algo que marque sus vidas y las transforme!!

¡Ya sé! ¡Es mucho pedir! ¡Confórmate con que no hubo ningún incidente negativo en este viaje! ¡Todo salió bien! ¡Lo siento! ¡No puedo dejar de soñar! ¡Ni puedo ni quiero! ¡Me gusta soñar que estoy tocando vidas y ayudando a los jóvenes a mirar el mundo con otros cristales, más límpidos y claros, más esperanzadores y expectantes, más prometedores y competentes, más acordes a las necesidades actuales, a lo que requerimos como especie para dejar de destruirnos y de acabar con nuestro entorno, que es genocida y es suicidio... Sólo eso quiero, sólo eso pido, sólo eso sueño...

Aaaahhh, olvidé contar al principio que, el primer día del viaje visitamos el tres veces heroico Puerto de Veracruz y fuimos al Castillo de San Juan de Ulúa con sus anchísimos y húmedos muros que consumieron las vidas de tantos mexicanos, algunos insignes como nuestro Tata Juárez y otros sin renombre, seres anónimos, gente inocente del pueblo que pagó el débito de vivir en una época nefasta para casi todos. La famosa celda de Chucho "el roto", cuyas piedras vieron apagarse la vida del célebre Robin Hood mexicano y tanta historia colonial y tanta tristeza ante el vasallaje de nuestra gente, tanta esclavitud, dolor, muerte... y aún así...los veracruzanos tan alegres, bullangueros, abiertos, jacaranadosos, extrovertidos. Vimos barcos de todo tipo, el astillero y su gigantesca maquinaria. Nos paseamos en el bello malecón y, con un calor sofocante, de trópico bello, recorrimos el boulevard. Nos bañamos un rato en las olas del golfo ¡del atlántico! que casi nunca visitamos y, como buenos istmeños acostumbrados a darnos 3 regaderazos diarios, luego fuimos a las regaderas a quitarnos el bochorno del día y..... nos lanzamos a Mexiquín donde la aventura continuó según lo narrado más arriba...

Ahora... para no perder la costumbre...les comparto un poema mío, sean benévolos...

MI BARCA
Mayo 2007
Una vez tuve una barca
que soñaba sobre el mar,
y era tierna y era mía
y mecía una canción.

En las olas victoriosas
mi barca loca cantaba,
y en la calma de la mar
marchaba bajo las nubes
y sobre versos de espuma
que encadenaba a su andar.

A veces su voz salada
se hacía tortuga marina
y animaba a las sirenas
que se bañaban de luna
en medio del verde mar.

Mi barca sólo era mía
como mío tu mirar,
como la flor incendiaria
que nos regala la tarde.

Como el niño que soñamos,
cuya imagen nos seguía
como un bejuco muy tierno
que se enredó en nuestras almas.

Mi barca sola está triste,
como las horas del día
que anteceden a la noche,
como tu boca y la mía
que se mueren de nostalgia
por las cosas que dijimos,
por los besos que no dimos,
por el adiós impensado
con que se acabó la historia
de mi barca y de tu amor.

Que la alegría de estar vivos los atrape para siempre y la felicidad no los suelte nunca.

domingo, mayo 27, 2007

Con orgullo lo digo: Soy Ixtepecana

(1)"Ixtepecana en la Guelaguetza"

(2)"LAS PAISANAS CELEBRAN LAS TRADICIONALES VELAS EN LA CIUDAD DE OAXACA"

Antes de qué me pregunten quiénes son, déjenme decirles que no conozco a las personas de las fotos 1 y 2, las bajé de internet! Pero la foto 3 es del patio de Doña Luz y fue el sábado 26 de mayo que celebró su cumpleaños con bellísima enramada, delicioso estofado, buena música, ricas botanas y agradable compañía, en la foto está ella con sus primas de Unión Hidalgo y del Ingenio; nos echamos un buen dancing con N y la tarde estuvo perfecta. En las semanas transcurridas de abril y mayo, he ido a fiestas en las que a las damas nos piden ir vestidas de traje regional. Y siempre es un placer ver toooodooos aquellos colores, trajes, telas, collares, pulseras, aretes, anillos, listones, moños, trenzas, encajes, olanes, etc.

Siendo sincera debo decir que últimamente me pesa pensar en lo que debo hacer para vestirme así como estas señoras de las foto: pegarle el olán a la enagua, buscar un refajo de buena organza y encaje, ir a que me hagan mi moño con el listón del color correspondiente al traje, llevar mi tocado de flores e ir a que me peinen y me pongan todo, luego regresar por la pesadísima enagua, buscar una pañoleta de seda que combine con mi traje, cargarme con el montón de alhajas, buscar un abanico adecuado porque el calor dentro del traje es muchísimo....Y cuando ya pasó todo este trance...

...disfrutar la fiesta y bailar hasta que me duelan los pies y lo único que mi cuerpo desee sea una silla cómoda para descansar del trajín...
¿A poco no? Porque no hay gente más alegre que esta gente, ni fiestas más divertidas que las de los istmeños, tan dadivosos, tan regalados, tan atentos con el visitante, tan buenos anfitriones, gente que echa la casa por la ventana en cada fiesta, de la misma forma que echa su corazón en las manos de los amigos. Por eso uno se siente tan aceptado, tan bien recibido, como si cada uno de nosotros fuera "el invitado especial", ése que los anfitriones esperaban para atenderlo a cuerpo de rey; es un placer tan grande ir a las fiestas de Ixtepec, a las velas, a las bodas, los aniversarios, los bautizos, los quinceaños, todas, todas las fiestas son como hojas de un mismo árbol, parecidas, casi idénticas, pero nunca igual una a la otra, porque cada familia y cada grupo de invitados le ponen su toque especial, su sabor característico e inolvidable para la gente que viene de otros lugares. ¡Pobrecitos! ¡Ya me imagino qué simples sentirán sus fiestas los "fuereños" después de haber vivido la experiencia de una fiesta istmeña. ¡Nada se puede comparar con esto! Tal vez en otras fiestas haya tanta comida como acá...pero no tan rica y tan regalada; o haya música tan buena y alegre...pero no tan disfrutada, tan bailada; o haya tanta gente como en una de nuestras velas...pero no tan amable y dadivosa que le den un "platillo" y una cerveza a cada conocido o desconocido que pase cerca de ellos; tal vez otras fiestas sean muy elegantes... pero no se verán tan bien sus damas como las nuestras con su traje regional, sus encajes, sus brillantes hilos de seda formando ramilletes multicolores sobre el terciopelo o la "piel de ángel", el oro colgando de sus lóbulos y cuello, tintineando en sus muñecas y relumbrando en sus dedos; puede ser que haya fiestas muuuy buenas en otros lugares pero, definitivamente...¡¡Ninguna podrá ser como las nuestras!!
Por eso es un orgullo TAN GRANDE ser ixtepecana...

SOY IXTEPECANA
MAYO 2007

Soy istmeña desde
el fecundo llanto
y el coraje,
de la fértil ternura
a la boca fructífera
y porfiada,
por la locura
redentora y fugaz
que me hace sombra.

Soy istmeña
en el fondo de mis ojos,
en el músculo cardio,
en mis arterias,
en la forma de amar
y en mis silencios.

Soy istmeña, lo afirmo,
no en el traje y la lengua
o las costumbres,
en la inclusión de todos,
los de aquí, los de allá,
los de esta isla llamada continente
o los del centro de la tierra misma.

Ixtepecana no en la doble hélice
que corre en el oscuro túnel
de mis huesos,
pero sí en mi interior,
más al fondo de toda la materia,
en la esencia del ser,
en la conciencia,
en esos sentimientos
que son universales,
en lo que doy por ti,
en lo que recibo.

lunes, mayo 21, 2007

Hermoso mes, lástima de vida tan complicada...

Tengo que aclarar que este texto lo escribí en abril...y lo guardé como borrador a la espera de subirle las imágenes. Pero el tiempo, el tiempo, el tiempo...impidió que hasta ahora pudiera hacerlo. Mil disculpas pero...esto iba antes de Dido y sus cachorros!!

Viernes 27 de mayo de 2007, 03:00 hs. Pues el mes ya me dio de todo.....anoche hasta hubo llovizna, truenos y relámpagos como del fin del mundo pero....como casi siempre en estas fechas ¿mucho ruido y pocas nueces! Al final sólo fue una lluviecita tímida, aniñada y solitaria que levantó el olor de la tierra y llenó mi corazón de esa nostalgia como una llaga abierta en la memoria que me recuerda los momentos ¡tantos! pero además tan alegres en que nos regocijamos báñándonos en el patio con la lluvia. Después de días y días de calor asfixiante, esperando en la noche con los truenos y retumbos del cielo, nuestra paciencia de trasnochadores se veía recompensada por la bendición tibia, acariciante y bienhechora de la primera lluvia del año. ¡¡Nuestro bautismo anual enviado directamente del cielo!!
Tiempos idos, pensé anoche que oía el escándalo celeste. Ahora, con su papá durmiendo, mientras son las dos de la mañana, añoro la compañía de los chiquitines que nunca le temieron al cielo o a su llanto bienhechor. Mis pequeños compañeros de lluvia, mis bañantes nocturnos!! Cómo los extraño en los agitados días de este año tan solo!!!
Un año extraño, de muchísimo trabajo, de pocas recompensas, de mil proyectos guardados en el arcón de los deseos ocultos, aunque no innombrables.
Y en el patio la fruta se desperdicia, los jicacos, las guayas, los limones, naranjas, mandarinas... mientras la vida pasa y me atropella, me arrebata las hojas y las flores, me deja seca enmedio del camino.


Pues sí, aunque parezca un cliché, la vida se agita y se complica cada día más y se van tan rápidos los días y hay taaanto trabajo por hacer que de verdad me hace falta mi ejército de valientes guerreros E.G.

Sí, definitivamente, si estuvieran aquí la vida sería más fácil para nosotros dos. ¡¡NIÑOS: REGRESEN A SU CASA!!
¡QUÉ LÁSTIMA!
Mayo 2007
Son una lástima las guayas,
los ciruelos que comen los zanates,
los verdes mangos que en dispar encuentro
riega el viento en mi patio de batalla.

Son una lástima las noches jazmineras,
las chispas que engalanan este cielo,
las hamacas bailando con el viento
y las coplas que nacen en mi pecho.

Estas manos me duelen de caricias
guardadas, escondidas, esperando,
buscando las caritas infantiles
que dilatan mi olfato y mi memoria.

Cada vez son más cortos los encuentros,
cada vez gira más el torbellino
y las locas miserias cotidianas
se tragan los deseos, los sueños,
mis anhelos de ser la abeja reina
que cuida, que alimenta,
que cura lo que sea con un beso.


Pues sí pequeños, aquí los espero...la vida cambia pero sigue siendo muy buena. Porque la espera hace que el momento anhelado sea mejor...no creeen?
Saben? tengo ganas de que hagamos una súper noche bohemia en la casita, con buena música para cantar y para bailar, no demasiados invitados para poder darles a todos atención especial, muuuucha comida y botanas y muuucha bebida y demás...

En cuanto venga mi hija porque sin ella...no quiero. Tenemos muchas cosas qué celebrar eh! Dos licenciaturas y una maestría!!! Uuuuffff!!! Tremenda pachanga que haremos...
YA PRONTO, YA PRONTITO!!

jueves, mayo 10, 2007

DIDO DIO A LUZ EL 10 DE MAYO

Pues sí, hasta la bella Dido ha perdido la figura. Hace dos semanas que la gordura se le notaba como nunca, debido a su preñez. Y hoy, 10 de mayo, como regalo especial de día de las madres, Dido me tuvo de su partera desde las 11 de la mañana, hasta las 3 ó 4 de la madrugada cuando, después de algunas dificultades y novatadas (principalmente de ella que se veía aterrada), amanecimos el día 11 con 10 perritos vivos y tres que, ¡maldita sea la hora! no se pudieron salvar a pesar de que estuvimos muuuy pendientes Blandina y yo. Dificultades técnicas con Dido por su falta de experiencia... Cada vez que nos apartamos de ella por cualquier motivo (cansancio, creímos que ya había terminado, sonaba el teléfono y ya me había quedado sola) ¡Qué le vamos a hacer! ¡Así es la vida! ¡No contemos los huevos rotos sino los que se salvaron....Pues sí, nacieron 10 machos y 3 hembras, de los cuales hay ahora: 8 machos y 2 hembras, aunque uno de los machitos nació pequeñísimo, casi con la mitad del peso de sus hermanos. Espero que Dido sepa atenderlos y el perrito se salve.

Pero ha ganado en compañía porque, ese sentimiento mío de culpa por no tener tanto tiempo para dedicarle a mi perra, ahora se compensa con sus perritos, porque se ve que los quiere y los cuida. A ver con cuál -o cuáles- nos quedamos al fin. Sólo el tiempo nos dirá qué rollo...¿No creen? Y para no perder la costumbre, les mando un poema...
¡LOCA!
Myo 2007
Déjame escuchar el ritmo de la tarde
y la voz solitaria de esta noche de mayo
que oferta plenilunios y secretos.

Quiero escapar al tiempo de las nutrias,
ver el agua correr con sueños limpios
amanecer con flores en el pelo
y recorrer auroras y viejas amistades.

Colgarme por el cuerpo quimeras
y collares de guiachachi,
repartirle chintuli a mis amigas
y perfumarnos juntas la inocencia.

Correr bajo la lluvia vespertina
y bañarme con luz del horizonte,
pisar todos los charcos
-ese rastro mojado de los cielos-.

Perseguir mariposas, maquillarme
con el polvo dorado de sus alas,
al ocaso, llenarme de luciérnagas la boca
para resplandecer como la luna.

Y correr cada noche hasta tus besos,
desnuda de prejuicios y de miedos,
provocando el asombro de la gente
que envidiosa dirá: ahí va la loca
correteando desnuda con la luna,
¡No la miren es loca, ahí va la loca!

Mientras sumerjo mi mirada oscura
en el fiel terciopelo de tus ojos
y la noche, que es madre de los locos,
nos cobije en su manto de agujeros de plata.

jueves, abril 19, 2007

Todo en Abril es primavera

Es que Abril viene siempre con tanto desenfado, con su faldita verde tierno y sus días alegres, de niño preescolar y uno no sabe qué esperar de sus remedos mañaneros.
Si habrá un sol calcinante -como el viernes de la pasión de Cristo en este mundo-; si el vientecillo cálido del sur entornará los ojos provocando el vaivén de la hamaca bienhechora. Si llegará ese norte majadero a revolcar la vida del istmeño, o si se va a poner tan placentero como un encuentro inesperado de sexo mañanero. O si tendremos...¡¡Quién sabe qué cosa!!

Travieso mes... impredecible clima.

Como este miércoles, que luego del calor isoportable y del viento espantoso de hace días, amaneció nublado. -¿Qué pretendes mi sol? -dije buscando entre las grises nubes su voz de fuego, su mirada ardiente.

Me fui al patio a mirar a Clementina que sale de su eterna jardinera con esa parsimonia que la caracteriza -a ella y a su especie-. Caminó hasta mis pies buscando el alimento (que no es de tortugueta), porque a ella le gusta el pedigree que come nuestra Dido.

Nina y Dido me siguen, como siempre. Dido se removía toda inquieta por las aves que se comen las guayas y sueltan las semillas como dardos extraños que, afortunadamente, no me atinan. Mientras Nina, más serena y más digna, como siempre, la mira con un dejo de impaciencia propio de su arrogancia tan felina y me recuerda la consigna aquella de que Dios hizo al gato para darle al hombre el placer de acariciar al tigre.

En un momento dado levanto la mirada como buscando la respuesta eterna que el hombre ha pretendido de los cielos: ¿Qué nos depara el día? ¿Piensa salir el sol esta mañana o de plano nos deja en la penumbra de esos días gloriosos en que llueve y la vida se renueva en el verde de cerros y montañas?

Al margen de este clima y su templanza, me asaltan muchas dudas que, por cierto, no tienen relación con el sol o la lluvia o el verano.

Se trata de mi vida y este rollo de estar enmarañada en la candidatura, la campaña, los votos, los sondeos, los foros, los proyectos, el trabajo político, intenso.

Puedo darle ese enfoque a mi existencia. ¿Tengo la fortaleza, la pujanza, el impulso y el temple para hacerlo? ¿Me dispongo en verdad al sacrificio?

El pedernal me espera y el cuchillo no es de obsidiana o jade, es una daga de tres años enteros de mi vida. (Y a estas alturas uno ya valora cada día que pasa, pues los años te han enseñado a ver muy claramente que los minutos valen más que el oro y la vida es tan breve, tan pequeña como una gota de agua en el Sahara...)

Puedo dejar mis sueños, detener mis anhelos unos años? Los planes con mis hijos, si los dejo, podré recuperarlos si los congelo un tiempo?

Sé que existen proyectos muy valiosos, cosas que debo hacer, sin falta, por el bien de mi pueblo, por conciencia...¿No existe una receta más sencilla?

Puedo hacer mil proyectos, diseñarlos, coordinar, dirigir, hasta evaluarlos...pero andar en la brega cotidiana dejando mis salones, mis clases, mis muchachos, meterme entre la gente, ser la líder, aguantar lo mezquino, las envidias, la ineficiencia, a inútiles, parásitos, que pretendan robar o aprovecharse, usando mis proyectos o mi nombre!
!Poner mi vida a la vista de todos ¡Cada día!

¡Oh! ¡Dios! Qué hice para merecerlo, si he trabajado honradamente y duro, he dado siempre lo mejor que puedo en cada clase, en mi casa, en la calle, en la familia.... Soy un poco pasiva, comodina, casi no hago ejercicio, como dulces, veo películas porque es un vicio ya muy arraigado; soy obstinada, maniática de la limpieza, el orden...esas cosas triviales que no dañan a nadie....voy a ser castigada por tan poco?

De verdad soy tan tonta que acepte el sacrificio de mi vida tan cómoda y callada, tan ajena a miradas, tan privada. ¡Cuánto he cuidado que seamos discretos y privados!

Me cuesta mucho, en serio, me frikea. Me estoy profundizando con el tema... pero ya hasta lo sueño -¡Pesadillas!-

Y sin embargo. . . no puedo decirle que no. ¡Ya saben de quién hablo! Es, para mí, la persona ideal para este puesto, tan íntegro, dispuesto, tan honrado, entregado a lo suyo ¡enteramente! Es capaz de olvidarse de mis hijos, de mí, de su familia. Pero nunca quedar mal con la gente con la que se ha comprometido a resolverle algo.

Tiene un ego muy grande, es su defecto, pero también es su virtud, sin duda.
Porque precisamente siente que él es quien puede hacer la diferencia en el trabajo político y social. Y se esfuerza al máximo en lograrlo porque lo cree así, está convencido.

Y yo...que lo miro al derecho y al revés...(que no me engaña ni aunque lo pretenda), se lo creo.
Por eso me dispongo al sacrificio... como oveja que va hacia el matadero...mas no ciega ni sorda...voy consciente, dispuesta y reflexiva, pero también prudente, porque pienso que todas mis hermanas, mis hijos y yo misma, completamos el círculo que hará LA DIFERENCIA. Así, con las letras mayúsculas, espero...

Lo mejor del momento es que primero tiene que irse a las internas. Es el primer tamiz por el que pasa quien quiera ser el nuevo candidato. Y parece que allí la situación no es fácil ni sencilla, pero de todas formas siempre gano: Si lo logra ¡Qué bueno! ¡¡Eso conviene al pueblo, a él y todos tan felices!! Y si pierde y no llega....pues la vida TAAAN CÓMODA sólo sigue su curso como siempre, sin pausas, sin dolor, sin sacrificios... A fin de cuentas esto no es por ambición ni lucro, es una inmolación, trabajo duro, sin tregua, cada día. Aunque me oiga egoísta y medio mala, lo tengo que decir: "Si viene...pues qué bien; si no viene...mejor!"

Y qué piensan ustedes, me lo dicen?

Por lo pronto les mando otro poema de esos que en estos días me brotan de la piel, calladamente, como un sudor sin causas aparentes, que letra a letra brota de mis poros, del interior de mí, de mis silencios, mis dudas, mis temores, de los cambios que acechan mi cotidianeidad, oscuramente.
"...y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
y no saber adónde vamos,ni de dónde venimos!"
R.Darío

PRESAGIO

Siempre que la noche
se agiganta en tus brazos,
siempre que la luna
me sonríe en la tarde,
siento la cortina
que separa mis sueños,
esa gris nostalgia
que me sangra los labios.

El hacha que se mece
colgando de un hilacho,
el fin, la nada oscura,
la promesa que a todos
nos llega como un tajo.
Abril 2007

Para no ser tan tétrica con todos, ya que hablé de la muerte inevitable, les envío también éste, un poquito cursi, de amor, tan cursi que hasta lleva por nombre: "ENAMORADA"

La noche con sus cuentos
que apuntan a la luna
nos mira y se reserva
relatos vagabundos.

El uno, es de unos duendes
que engañan a una nutria.
Y el otro es de un amor
tan grande y tan difícil…

Una nube alcahueta
acecha nuestros pasos,
te mira desde lo alto,
me atisba en el silencio.

¿Será un indicio tierno
de amor inconmovible?
¿Será un augurio negro
que escapa a nuestro intento?

Parece que conoce
de nuestro rostro el fondo,
lo oculto, lo innombrable,
lo púrpura y siniestro.

Por lo pronto me dejo
llevar por tus suspiros,
como las altas ramas

que gimen con el viento.

Me besas y parece
que el cielo nos espera,
me miras y desciendo
al reino de tu aliento.

El río nos confiesa
los secretos de amantes
cuyo lecho de espuma
les brinda cada tarde.

Un pájaro cenzontle
comienza su concierto
anunciando este día
azul de primavera.

Y tú, junto a mi vida,
me miras y sonríes,
me llevas de la mano
como a un niño pequeño.

Mi pelo huele a río,
mi boca y tu sonrisa
a luna renacida,
a la cima del mundo.

Mi pecho es una afrenta
para la gente triste,
hoy la dicha
revienta mi mirada
en estrellas que alumbran
la mañana.
ABRIL 2007

lunes, abril 16, 2007

¡Ayy! ¡Ventarrones del Istmo, si todo levantan, llévense también mis penas...!


Bueno, pues aunque ya estamos en pleno abril, parece que el viento no nos quiere abandonar. Ayer, después de los calcinantes días de la semana santa, que parecía que se nos secaban los sesos, se volvió a desatar el ventarrón como si alguien le hubiese soltado las amarras y le dijera: -¡Anda loco!¡Dale rienda suelta a toda tu locura! Y lo hizo..., con tanta fuerza como si aún fuese enero.
Se supone que febrero es el loco...y marzo otro poco...pero ahora le estoy perdiendo la confianza al condenado mes de abril.
Vino Bóreas[1] como niño en casa ajena y, como desesperado, a tocarlo todo, a romper, zarandear, tirar y demás. En suma: polvo y terregal por todas partes (hasta en ojos, cabello y orejas, por supuesto), puertas azotadas, ventanas que, dado el calor antecedente se mantenían abiertas, con los cristales estrellados por el azotón del groserísimo viento del norte, en mi bello patio ramas rotas, centenares de mangos, chicozapotes y ciruelos perdidos, hasta Dido y Nina se veían como preguntándose ¿Qué carambas le pasa a este clima? En fin, del puro coraje me puse a escribir un poema -enmedio de taaanto trabajo de la enufi, la ensfo, las lecturas y las creaciones, la poesía, los cuentos, la casa, el jardín, la comida...y mil etcéteras más que ya todos conocemos.
Aquí está para compartirlo con ustedes...





VIENTOS HURACANADOS
Vientos huracanados despedazan
esta tarde de sueños angelinos.
Mis níveos pétalos de margarita
vuelan en desbandada adolorida.

Vientos huracanados me quiebran,
me estremecen la sal, la mansedumbre,
enloquecen la calle a latigazos
flagelan la memoria adormecida,
que arrebata mi llanto y sus raíces.

Vientos huracanados, gris vecino,
día que se mancilla en brazos
de esa furia doliente y milenaria
que aúlla en el dintel de las ventanas.

Vientos huracanados que desnudan
las rendijas y grietas de mi alma.

Viento del norte de la tierra mía,
destructor insensato de renuevos,
devastador voraz de la dulzura
que fruto a fruto pierdo, como el día
-aún reciente en mi mediana vida-
en que perdí el amor que te tenía.



2007.



[1] El viento del norte